MÉTODO BLW

mayo 14, 2018


Nuestro peque enseguida empezará con las frutas y los purés, así que estoy leyendo algún libro de recetas como el de Annabel Karmel, que sin duda os recomiendo, y también descubriendo un poco el famoso método BLW (alimentación regulada por el bebé), así que también quiero leer el ebook "Sin dientes y a bocados" de Juan Llorca.

Si os animáis a seguir leyendo os hablo un poco de este método aunque sin duda ya hayáis escuchado hablar de el.

En primer lugar deciros que el método BLW, en pocas palabras, consiste en ofrecer al niño alimentos en trozos para permitir que sea el mismo quien se los lleve a la boca con sus manitas y aprenda a masticarlos.
Al principio comerá poca cantidad de alimento, hasta que vaya cogiendo el ritmo.

En mi caso, y para darle al peque para probar las primeras frutas como pera y plátano, compre un alimentador antiahogo ya que es muy pequeño todavía para controlar el solo cuanto alimento puede llevarse a la boca, además no se mantiene solo sentado y no controla muy bien la coordinación de las manos.


En cuanto al alimentador, he de destacar que la tetina es de silicona como si fuera un chupete pero con agujeros, entonces para el es como chupar el chupete pero con la fruta dentro, le gusta mucho. Poco a poco y a medida que tenga más control sobre sus movimientos y sobre todo cuando se mantenga sentado comenzare a darle los alimentos en trozos.


Ahora, aunque no soy ninguna experta, y en base a lo que he ido leyendo y aprendiendo, os expondré un poco las ventajas e inconvenientes acerca de la práctica de este método y al final una lista de alimentos sanos e idóneos para comenzar a practicarlo.

El BLW y sus numerosas ventajas:
Comenzaré hablando de lo bueno de este método ya que la propia Asociación Española de Pediatría reconoce sus beneficios desde hace años. Lo que si que hay que tener en cuenta es que el método debe aplicarse en bebés que esten maduros para ello, es decir, que puedan sentarse en su trona manteniendo la cabeza erguida, muestren interés por los alimentos, puedan coger objetos y llevárselos a la boca...

Por lo demás, he aquí algunas de las principales ventajas:

Alimentarse se convierte en un aprendizaje más y un disfrute para los niñosel bebé no solamente prueba nuevos sabores, sino que también desarrolla sus habilidades motoras, su coordinación ojo-mano, se estimula su sentido de la vista, del olfato, del tacto... Es genial ver como coge la comida y la observa: su color, textura, olor... y sobre todo el sabor, decidiendo si dicho alimento va a formar parte de su alimentación o mejor lo volvemos a probar otro día. Puede que el primer día que pruebe un alimento nuevo no le haga mucha gracia, así que podemos dejar pasar unos días y volverlo a intentarlo, no hay que obligarle para que tenga que comerlo a la primera si o si.

Menos manías a la hora de comer: quienes han empleado este método aseguran que sus hijos se habitúan a comer de todo, no tienen los típicos problemas de transición de procesados a sólidos y en general crecen con mejor predisposición a probar cosas nuevas.

El bebé toma la iniciativa: el adulto no le da de comer, no le mete la comida en la boca ni le obliga a tragar, no le hace el avioncito, no te alteras ni te poner de los nervios, no conviertes la hora de la comida en una lucha, no repites un millón de veces la palabra come... Disfrutarás viendo comer al pequeño a su ritmo.

Alimentos más variados y naturales, no existen calendarios de alimentos: en el BLW se ofrece una amplia variedad de alimentos para que el bebé manipule y elija sus preferidos sin tener en cuenta el mes que cumpla o el orden de introducción de alimentos. Si que se deben evitar los alimentos procesados, como los potitos, privilegiando los alimentos frescos. Además, pasado los 6 meses, el único nutriente que no le puede faltar a un bebé es el hierro. Por eso, lo ideal es comenzar su alimentación sólida ofreciéndole alimentos ricos en este mineral como los cereales, guisantes, brócoli o pollo.


Puedes cocinar lo mismo para toda la familia adaptando las recetas para el bebé: con este método no es necesario preparar comidas diferentes para cada miembro de la familia, simplemente podemos adaptarlas separando la parte del bebé antes de condimentar o añadir ingredientes que aún no tome y sobre todo no usar sal. Según lo que se haya cocinado se podrá ofrecer directamente o habrá que adaptarlo partiéndolo, chafandolo o cortándolo en trozos del tamaño adecuado.

Comer como un hábito social: el hecho de que el bebé coma por sus propios medios permite que pronto sea un integrante más de la mesa familiar, que interactúe con la familia, que los padres podamos dedicar tiempo a los hijos mayores o a conversar entre nosotros. 

Evita estrés a los padres: es importante confiar en nuestros hijos, en que ellos son capaces de autorregularse y saber cuando tienen hambre sin necesidad de hacer obligatoriamente dos o tres comidas al día. Sin olvidar que la base de su alimentación sigue siendo la leche, materna o de fórmula.


Algunos posibles inconvenientes del método BLW:

Como todo a la hora de actuar y criar a nuestros hijos, no hay recetas perfectas, por lo que el método BLW también tiene sus inconvenientes:

Suciedad: los bebés se ensucian mucho, la trona se ensucia, el suelo queda hecho una guarrada, te lo puedes imaginar... El tiempo que ganas en comer, lo pierdes limpiando después.

Prejuicios: al ser un método relativamente nuevo, suele recibir comentarios negativos principalmente de madres y suegras, puede que tu pediatra o enfermera ni siquiera te hablen de el e incluso hay algunas guarderías que se oponen a implementarlo (todo es respetable).

Necesitas tiempo y paciencia: este es un método que no va acompañado de prisas, así que personas con tiempos, horarios ajuntados en el trabajo, otros hijos… a veces no lo practican, pero simplemente hay que intentar organizarse bien, cada uno tiene sus propias situaciones personales.

Riesgo de atragantamiento: puede que sea el único problema real de este método. Por ello es importante evitar ofrecer al bebé determinados alimentos que, por su dureza o su forma impliquen riesgo de atragantamiento. Por ejemplo: uvas, zanahorias crudas, salchichas... Asimismo, es importante que siempre haya alguien junto al bebé a la hora de comer. 

Por último, os voy a dejar una lista de sugerencias con 10 alimentos sanos e idóneos para empezar con el BLW:

1. Patata, boniato, calabacín o calabaza (calabaza cacahuete) cocidos o asados en tiras tipo patata frita. También se les puede ofrecer en trozos grandes, un poco más grandes que su manita.



2. Judías verdes o guisantes cocidos.

3. Brócoli. Se le puede dar el ramito pero sin cocerlo demasiado para que no se le deshaga en la mano nada más tocarlo.

4. Zanahoria cocida o asada en tiras.


5. Pan sin sal. En trozos algo mayores a su puño.

6. Arroz sin sal.

7. Aguacate en medias lunas. Le será difícil comérselo si está muy maduro, pero seguro que disfrutará aplastándolo y chupándose los deditos!!


8. Macarrones cocidos.

9. Melón o sandía en tiras.

10. Plátano, ofreciéndole trozos lo suficientemente grandes como para que no pueda metérselos enteros en la boca.



Hay que tener en cuenta que los primeros días se necesitará muy poco alimento. No hay que agobiarse ni desesperarse, y ponerle poquito en el plato: por ejemplo dos o tres palitos de patata, dos ramitos de brócoli, tres macarrones... Al principio, jugarán con la comida, experimentando y descubriendo con sus sentidos la textura, el olor... Por ello es importante tener paciencia, los estímulos sensoriales son una fuente rica de información para ellos.


¿Qué opináis? ¿Probariais o habéis probado el BLW? Contarme todo lo que queráis en los comentarios, me encantará leeros!! Toda información es siempre bienvenida. Gracias una semana más por pasaros por aqui!! Nos vemos en el próximo post.

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